Este post va dirigido especialmente a mis coetáneos que, por alguna razón de la vida, después de un tiempo como autónomos, jubilados o en paro forzoso se reincorporan al mundo del trabajo por cuenta ajena.
Los que me conocen personalmente o son seguidores asiduos de mi blog o han leído mi libro, más o menos saben mis avatares y derroteros profesionales y como a todos nos gustan las historias, os voy a contar esta última y espero fervientemente que efectivamente sea la última.
Desde que dejé el trabajo por cuenta ajena en la gestora de Caja España Duero en el año 2014 y me di de alta como autónomo, no me quejo en absoluto de cómo me ha ido y he tenido la fortuna de colaborar con entidades de primer orden, he sido cofundador de Finizens, he escrito mi primer libro y he seguido en esa batalla de tratar de hacer entender a la sociedad, que invertir es para todos y de la utilidad de desprenderse del síndrome de Estocolmo bancario en lo que respecta a los servicios de inversión
Sí, fue la pandemia lo que trastocó todo. En esa época perdí algunas colaboraciones y luego en los proyectos en los que colaboré, por alguna razón u otra, no recibí ingresos, por lo que tenía la sensación de haberme convertido en una ONG del tipo “asesor sin fronteras”.
Consecuencias: comerme los ahorros, entrar en el proceloso mundo de las deudas, donde la maravillosa magia del interés compuesto cuando estás invertido es un dragón de siete cabezas cuando tienes deudas y lo he sufrido en mis propias carnes. Como soy un sobreviviente nato de muchas crisis en los mercados y en mi vida, decidí este verano ponerme las pilas y buscar trabajo por cuenta ajena y rechazar de plano las ofertas que tenía de trabajar por comisión. A ese juego ya no podía jugar y más con la lacra de los autónomos de que ingreses o no, tienes que pagar como mínimo 400 euros a nuestra maravillosa seguridad social.
Me acuerdo de que antes de la irrupción de internet la manera de conseguir cambiar de trabajo era mediante listas de head hunters que nos pasábamos, hacías fotocopias de tu CV y una carta de presentación personalizada, lo metías en un sobre y ale al buzón de correos.
Normalmente ni te contestaban y en algunos casos sí lo hacían y claro te llamaban al fijo de la empresa o de tu casa. Luego cuando vinieron los móviles era emocionante recibir una llamada de un número oculto, al 99% era de un head hunter y así funcionábamos, como se puede suponer una vez pasada la frontera de los 50 años esas llamadas desaparecieron absolutamente.
Así que este agosto dije: se acabó la penuria y voy a conseguir trabajo con algún ingreso fijo donde pueda desarrollar y volcar toda mi experiencia y conocimiento en la industria de los servicios financieros, así que me di de alta en Linkedin premium en el módulo de búsqueda de trabajo, actualicé mi cv en inglés y en castellano y me puse manos a la obra. ¿Me fichará alguien pasados los 60 años?
Recibí algunos mensajes esperanzadores y con sueldos precrisis, pero al final por unas razones u otras no se materializaron, hasta que surgió una oferta formal de Safebrok Europe, que acepté para incorporarme al equipo de negocio institucional.
Para los que hemos sido jefes y en los últimos años lobos solitarios sin normas, ni jefes ni procedimientos y encima tenemos ese punto de anarquismo y defensa de tu individualidad, es un choque brutal incorporarse como indio en una nueva cultura, enseguida en tu cabeza te dices: ¿Por qué hacen esto? Yo lo haría de otra manera, a mí nadie me tiene que decir el cómo y así ad infinitum.
Afortunadamente gracias a la paciencia infinita de mi responsable directo, del apoyo de la buena gente que hay en Safebrok, le di la vuelta a la situación. Me esforcé para entender las normas y los procedimientos, las acepte y me volqué en mi función que no es otra que generar negocio.
Y ese es mi consejo, desarrollar mucha humildad, gratitud y poner todo tu esfuerzo en tus capacidades y así poder encajar en un nuevo mundo como indio, porque los seniors podemos dar mucho todavía si te despojas de tus egos.
Martin Huete. Octubre 2022
11 Responses
Me alegro mucho D. Martin !! Enhorabuena y suerte en su nuevo trabajo.
¡Muchas gracias Carmen!
Yo no trabajo. Pero, por ejemplo, yendo de excursión una tarde al campo con mi hermano, él contestó a una docena de llamadas en el tiempo que estuvimos, parece que se pueden hacer las dos cosas.
Enhorabuena. Yo vivo, pasados los cincuenta, en el cada vez más difícil mundo del colaborador. Me encanta tu historia. Saludos
¡Muchas gracias!
Mucha suerte Martín. Un fuerte abrazo desde Canarias
¡Muchas gracias Noga!
Me alegro mucho! Siempre hay vida mas allá de lo que nos pensamos. Un abrazo
¡Muchas gracias JJ!
Enhorabuena Martín! Sin duda no hay otro camino que seguir luchando ,y con muchos más conocimientos y experiencias que cuando comenzaste. No dejes que eso se pierda! Siempre adelante.
Un abrazo muy fuerte con todo mi respeto y admiración.
!Arriba los corazones!
¡Muchas gracias!