Los fundamentos de la industria de gestión de fondos no han cambiado mucho en las últimas décadas, siendo el modus operandi de las gestoras de fondos el mismo: intentar conseguir un rendimiento mejor que los demás y una organización volcada en vender un producto con el mayor rendimiento para la gestora posible. Sigue siendo una de las industrias más rentables del planeta a pesar de su más que discutible aportación de valor en términos generales.
Pero hay una excepción a esta regla y esta revolución ha transcurrido contra todo pronóstico. Todo empezó con un alumno dandole vueltas a la cabeza para encontrar un tema para su tesis de fin de curso en la universidad. Así decidió analizar el número de gestoras de fondos de inversión que habían conseguido obtener un rendimiento a medio y largo plazo por encima de la media (es decir, un mero índice del mercado). Se dio cuenta que ni siquiera la cuarta parte habían superado a esta meta.
El alumno buscó una explicación, que entendía era de sentido común y aritmética básica: El conjunto de los inversores no es una abstracción sino, por definición, el “mercado”. Entonces, el rendimiento del agregado del mercado es simplemente el rendimiento del índice menos sus costes de gestión. Pues, ya que los gestores cobraban (y bastante), era inevitable que la gran mayoría de ellos ni siguiera podría superar el índice.
La idea se quedó en su mente. Cuando el alumno se incorporó a una gestora de fondos, intentó convencer a sus superiores para lanzar un “fondo índice”. Rechazaron la idea por ser una “mediocridad” garantizada y ser poco atractivo para los inversores.
Años después (1976), el hombre fundó una pequeña gestora con 2 empleados para levantar un nueva clase de fondo, el primer fondo índice.
Al comienzo fue un fracaso total. Solo captó un 7% del objetivo. Fue bautizado por sus competidores como “la locura de Bogle” (su apellido). John C. Bogle, que es de quien estamos hablando, bautizó a la gestora “Vanguard”, en honor al barco que tripulaba el comandante Nelson en la batalla del Nilo.
Pero, poco a poco, esa idea tan simple y al mismo tiempo tan potente fue ganando adeptos. Primero, el mundo académico llegó a la misma conclusión: que un gestor intentando activamente batir el índice raramente podía conseguirlo (una y otra vez sin correr más riesgos). Luego, inversores institucionales, asesores, periodistas, observaron que el “locura” llevaba años con una superioridad de 2,7% anual de rendimiento medio por encima de la media de los fondos activos en renta variable.
Y la idea llegó a un punto de inflexión calando en el inversor particular normal y corriente, desilusionado con su gestor, antes un “estrella”, que a menudo se estrellaba el año siguiente.
Hasta el inversor activo más próspero del mundo (Warren Buffet) declaró en 1997 que la mayoría de los inversores deberían de invertir en fondos índice.
Ya no debería sorprendernos que, 40 años más tarde, Vanguard ha pasado de ser una minúscula gestora a ser la segunda gestora de fondos de inversión más grande del mundo. Hoy Vanguard es el paradigma de la gestión pasiva y de los fondos índice. Gestiona más de €3 Billones (sí, con B) de activos en nombre de 20 millones de clientes en 170 países. El fondo índice “locura” es el más grande fondo a día de hoy. Se estima que sus clientes se quedan con unos €18 mil millones por año en comisiones que antes engrosaba la cuenta de resultados de otros.
Pero, al margen de concebir una idea potente, Vanguard también ha triunfado debido a un modelo de negocio poco convencional:
- El cliente es lo primero. Vanguard lo aplica bajando sistemáticamente las comisiones en cuanto va captando más dinero, trasladando al cliente sus economías de escala.
- Low cost. Una sencilla sede y no precisamente en Wall Street sino en medio de un pueblo de 3.000 habitantes.
- Humildad. Una gestora en la cual el fundador a menudo se ha visto almorzando en la cafetería con los demás y contestando el teléfono cuando ha habido muchas llamadas de clientes.
- Disrupción innovadora. Un producto suficientemente bueno para la gran mayoría de los clientes que, sin embargo, la industria no puede replicar por sus altos costes y ADN corporativo.
Un nuevo modelo en las inversiones, tambien en España, es posible
Martin Huete
Abril 2016
PD: agradecer a Steven Zitzer, a quien tuve la fortuna de conocer en un seminario de CUNEF el verano pasado, la ayuda imprescindible en la redacción de este post.
12 Responses
Y la gran pregunta Martín ¿Cómo podemos contratar fondos de Vanguard en España?
Buenos días Jorge, aunque ya están en varias plataformas (Renta4, Inversis) , hoy por hoy te exigen importes mínimos elevados, en los bancos no los veras por que al no dar retrocesiones no los venden. Desde Finizens tambien los tendrás accesibles y sin esos importes mínimos elevados. Me imagino que cuando los fondos se puedan comprar en BME tambien estarán disponibles allí. Un abrazo
Si desde Finizens estarán accesibles sin esos mínimos tan ‘máximos’ va a ser la leche.
?
Creo que ING también ha dado de alta recientemente tanto fondos como ETFs de Vanguard. Cierto que los fondos exigen un capital mínimo prohibitivo para la gran mayoría de los inversores minoristas, pero también es cierto que nos queda la opción de los ETF, que aunque tienen el inconveniente de la fiscalidad y los costes de compra y venta, si invertimos a largo plazo pueden tener un impacto algo menor.
Gracias Pablo por comentar. ?
Buenos días,
Desde BNP-Paribas ya los permiten contratar sin llegar a ese mínimo de 100.000 euros que exigen otras comercializadoras.
Saludos.
Absolutamente de acuerdo con lo expuesto. Sin ir más lejos, los cuatro puntos detallados al final del artículo lo dicen TODO.
Un saludo.
Muchas gracias Álvaro por tu amable comentario. Un abrazo
Buenos días Martin,
A parte de los fondos de vanguard, ¿qué opinas sobre los fondos indexados que ofrecen Pictet, Amundi & Blackrock a través de intermediarios como Renta4 & SelfBank?
Saludos
Hola Ángel, también tienen buenos productos y los tenemos siempre en el radar. Todo lo que sea aumentar la oferta para el inversor con productos que son lo que dicen siempre es una magnífica noticia para el inversor
DEP, genio Bogle.